¿Qué es la Terapia Craneosacral?

La Terapia Craneosacral (de cráneo y sacro) es una forma suave de terapia manual. Fomenta la relajación y brinda espacio para que las fuerzas autocurativas del cuerpo se desarrollen. También mejora significativamente la conciencia corporal, lo que a menudo ayuda a notar y evitar movimientos o influencias dañinas en la vida diaria de manera sostenible.

La Terapia Craneosacral es un método terapéutico holístico, aunque hasta ahora no ha sido reconocido científicamente. El enfoque de la terapia no se centra en el "error", el síntoma o la enfermedad, sino en el potencial de la salud. Se busca fomentar este potencial del cuerpo para volver a encontrar su equilibrio y salud a través de la Terapia Craneosacral. La Terapia se utiliza, por ejemplo, para tratar problemas como dolores crónicos o trastornos digestivos, así como para acompañar procesos de desarrollo personal o en fases especialmente estresantes donde se realizan esfuerzos máximos.

¿Cómo funciona la Terapia Craneosacral?

Estados de silencio y relajación profunda: efecto en el sistema nervioso vegetativo

Un aspecto muy importante de la Terapia Craneosacral es la profunda relajación que experimentan los clientes durante el tratamiento. En este estado de relajación, se crea un silencio profundo que proporciona espacio para la curación. Esto se explica con el sistema nervioso vegetativo: durante las sesiones de Terapia Craneosacral, actúa especialmente el sistema parasimpático, la parte del sistema nervioso responsable de la relajación, el sueño y la regeneración.

Su contraparte, el sistema simpático, nos pone en estado de alerta y nos ayuda a estar mental y físicamente receptivos. Por ejemplo, justo antes de una presentación importante, una competición deportiva o antiguamente en caso de un ataque de un tigre dientes de sable ("luchar o huir"). El equilibrio entre ambos aspectos del sistema nervioso, la promoción del rendimiento y la recuperación, es importante para una vida saludable. Bajo estrés continuo, el sistema simpático está constantemente activado y el sistema parasimpático se ve frenado, lo que impide que el cuerpo se regenere, la digestión no funciona muy bien, la presión arterial está constantemente alta, los músculos están tensos, etc.

Muchas personas hoy en día tienen dificultades para relajarse, lo que hace que el cuerpo carezca del espacio vital necesario para la regeneración y la curación. Esto puede manifestarse a largo plazo, por ejemplo, en forma de migrañas, síndrome del intestino irritable, dolores de espalda crónicos, tinnitus o bruxismo nocturno.

La profunda quietud y relajación que permite la Terapia Craneosacral no solo promueve la salud sino que también es muy agradable. Ayuda a volver al propio cuerpo, a sentirse mejor y a relajarse profundamente. A menudo, las personas se sienten revitalizadas o eufóricas después de las sesiones, como si hubieran recargado energía. Otros están muy cansados, y tienen la tranquilidad que les faltaba antes para relajarse.

El líquido cefalorraquídeo y su ritmo

Entre el cráneo y el sacro se encuentra el Sistema Craneosacral. El líquido cefalorraquídeo, el fluido que rodea y protege las membranas del cerebro y la médula espinal, se mueve pulsando hacia arriba y hacia abajo en este sistema, y este es el Ritmo Craneosacral. Este ritmo se puede sentir en todo el cuerpo. Las irregularidades en esta pulsación se tratan con toques suaves, generalmente sostenidos durante mucho tiempo. A lo largo de varios años de formación, he afinado mi percepción de estos movimientos y procesos sutiles.

Diferentes niveles de tratamiento: huesos, fascias, órganos

Para entender cómo funciona la Terapia Craneosacral, es necesario observar los niveles de tratamiento. Durante las sesiones, además del nivel del fluido, la terapeuta se puede centrar en el nivel de los huesos, los órganos internos y las fascias.

Desde hace algunos años, las investigaciones en las facultades de medicina de todo el mundo reconocen la importancia de las fascias para el cuerpo y su salud, así como su gran papel en las enfermedades y su tratamiento. El cuerpo y todas sus estructuras (órganos, músculos, vasos sanguíneos, huesos, tendones, ligamentos) están atravesados y envueltos por una red de estas fibras de colágeno, que le dan forma, flexibilidad y estabilidad, además actúan de manera conectiva sobre grandes áreas. Esta extensa red fascial también explica síntomas que tienen un origen diferente al lugar del dolor, como dolores lumbares no específicos que se deben a malas posturas en la zona del cuello. Diferente de los muy populares "fascial rollers", la Terapia Craneosacral trabaja de manera especialmente suave con las fascias: gracias a los toques prolongados, las fascias tienen tiempo de relajarse, despegarse, reorganizarse y así aliviar el dolor.

Terapia Craneosacral: Origen y desarrollo

La Terapia Craneosacral se originó a partir de la Osteopatía Craneal desarrollada por el médico estadounidense William G. Sutherland, discípulo de Andrew T. Still, fundador de la Osteopatía. Sutherland descubrió que los huesos del cráneo, unidos por suturas, se mueven rítmicamente. Este movimiento es causado por el líquido cefalorraquídeo, el líquido que rodea y protege el cerebro y la médula espinal (de calor, impacto, etc.). Este líquido se produce en las cavidades del cerebro, lo que crea un movimiento pulsátil palpable en todo el cuerpo.

El médico John E. Upledger observó este movimiento rítmico de la dura mater (una de las membranas de la médula espinal) durante una operación y fundó la forma actual de la Terapia Craneosacral, para lo cual publicó el primer libro de texto en 1983. Su técnica de tratamiento se llama palpación, que implica la exploración y el tratamiento a través de toques (suaves). Fundó institutos que realizan investigaciones, tratamientos y formaciones en Terapia Craneosacral en todo el mundo.

Inicialmente, el enfoque de esta terapia se dirigía a los sutiles movimientos de los huesos del cráneo, el sacro y el líquido que rodea el cerebro y la médula espinal, así como a la corrección de los desequilibrios mediante la palpación. Mientras que el origen de la Terapia Craneosacral estaba más orientado hacia enfoques mecánicos, en las últimas décadas ha evolucionado hacia la Terapia Craneosacral Biodinámica: se ve la movilidad de los fluidos de manera integral, con su potencial para iniciar procesos de curación. El terapeuta crea y mantiene el espacio para la curación y acompaña a los pacientes en sus procesos de sanación. El cuerpo decide por sí mismo cuándo está listo y en condiciones para resolver ciertas tensiones, que originalmente eran reacciones de protección.

Entonces, ¿cómo es una sesión de Terapia Craneosacral? Lo describo aqui.